El valor de un libro viene marcado principalmente por su contenido, pero la estética y la calidad de la elaboración también contribuyen a aumentarlo. Saber elegir entre los diferentes tipos de encuadernación disponibles es clave para conseguir una presentación que resulte estética y que, a la vez, permita su conservación en el largo plazo. Por eso, en este artículo hablaremos de las características de cada estilo para facilitar tu elección.
Nuestro gran valor diferencial es ser Premium Partners de Henkel, lo que nos otorga unas ventajas competitivas y unos productos únicos, siempre de la mejor calidad.
¿Cuál es la finalidad de la encuadernación?
Para saber cómo elegir entre los materiales para encuadernar un libro, es conveniente conocer con exactitud cuál es la finalidad en sí misma de cada uno. Como decíamos, la encuadernación persigue la conservación de un documento gráfico, dado que el papel es un material que se ve afectado considerablemente por el paso de los años.
Pero además de este objetivo, la encuadernación elegida facilita la clasificación del libro y tiene la capacidad de modificar por completo su apariencia, al hacerlo más o menos atractivo. De hecho, puede incluso conseguir su revalorización.
Por otra parte, los diferentes tipos de encuadernación pueden también facilitar el manejo o darles una estética en particular. De ahí que sea conveniente conocer qué imagen se desea ofrecer del documento o cuál es el objetivo que más peso tiene.
Tipos de encuadernación
Los tipos de encuadernación se clasifican es función del tipo de tecnología empleada, que puede ser desde nula hasta muy avanzada; la estética y los materiales empleados. A continuación te dejamos todos los detalles de cada uno.
Rústica
La encuadernación rústica es la opción más frecuente para los libros de bolsillo. Es más conocida como encuadernación de tapa blanda y su ventaja principal es que resulta muy económica. Los materiales necesarios para encuadernar un libro en esta variedad son el cartón, el plástico o incluso el papel, que se utilizan para la cubierta, y que luego será encolada o cosida al lomo para fijarla.
Surgió en el siglo XIX para dar una respuesta rápida a la alta demanda de libros, sin que la elaboración supusiera un desembolso excesivamente elevado. Hoy en día, persigue el mismo fin, pero también destaca por la flexibilidad y la comodidad en el manejo.
La encuadernación rústica pegada es una de las principales técnicas para la que trabajamos en Gracol. De cara a esta, contamos con el pegamento de encuadernación Technomelt GA 3630, que elimina la necesidad del cosido al trabajar a altas temperaturas y no deja agujeros en el lomo.
Como alternativa para la tapa blanda, empleamos un pegamento de encuadernar a base de polímeros. Aportan elasticidad y flexibilidad y suponen un gran ahorro en materiales. Se le conoce como técnica PUR.
Tapa dura
También conocida como cartoné, la encuadernación de tapa dura es otro de los tipos de encuadernación más frecuentes en la actualidad. Para ella, se emplea un cartón duro y con una mayor rigidez que el de tapa blanda y el interior del lomo se cubre con tela.
De este modo, se consigue una mayor protección del ejemplar frente a los golpes y el deterioro general. La estética también se ve reforzada y el libro transmite una sensación de calidad y prestigio. En consecuencia, el coste de la encuadernación de libros de estas características se incrementa.
En Gracol también contamos con este sistema y hemos logrado el equilibrio entre dicho coste y los resultados obtenidos. Para ello, trabajamos a baja temperatura con Technomelt GA 3635, que aporta una gran elasticidad al adhesivo durante el proceso de encolado.
Artesanal
La encuadernación artesanal abarca diferentes técnicas y estilos que han ido evolucionando con los siglos. Por ejemplo, en tela, total o parcialmente; encuadernación holandesa, que combina varios materiales, como la piel con la tela; marroquín, con pieles de cabra tintadas muy duraderas; con pasta española, que consiste en esmaltar la piel de oveja o de cordero, o la de pasta valenciana, cuyo acabado recuerda al mármol.
por materiales
Los materiales necesarios para encuadernar un libro son muy variables, puesto que dependen del acabado que se persiga, del coste o la resistencia. En esta categoría, los tipos de encuadernación más conocidos son los siguientes:
Con grapas
Este es uno de los sistemas con una elaboración más sencilla, pero a la vez económica. Hay varios modelos de grapas entre las que se puede elegir, aunque la más común es la omega, con forma de horquilla y que sobresale por el lomo.
Espiral
Otro sistema de elaboración muy práctico es el del canutillo o espiral, que consiste en pasar un alambre por las perforaciones de la parte izquierda del libro o documento. Si se opta por la encuadernación metálica, se requiere una perforada.
Encolada o cosida
La encuadernación pegada, así como la cosida, ofrecen una buena resistencia frente al uso. Con ambas técnicas, se une el bloque de hojas con la cubierta. En el caso del cosido, se puede elegir entre el simple, que es en vertical y a lo largo del lomo y la cubierta, y el lateral, en el que el cosido se realiza en el extremo izquierdo y la costura pasaría a formar parte de la cubierta.
Esta es una aproximación sencilla a los tipos de encuadernación más utilizados en nuestro tiempo. Si te preguntas dónde comprar pegamento para encuadernar o si necesitas asesoramiento con respecto a los materiales idóneos para esta labor, en Gracol estamos a tu disposición para resolver todas tus dudas. Como parte de la red internacional de distribuidores del Grupo Henkel Ibérica, te ofrecemos un estudio personalizado y, en función de la valoración realizada, te indicaremos qué productos son los adecuados para ti.
Mark
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